Bailarina de ballet…

Era bailarina de ballet…

Esbelta, disciplinada, orgullosa. Pero también rígida, controlada, esforzada… Era bailarina de ballet en su interior. Cerraba los ojos, volaba con la música y el Universo giraba. Pero en el exterior su corazón se mantenía rígido, frío, irrompible. Miraba el mundo con ojos helados, acerados y mantenía su alegría y entusiasmo encerrados bajo llave…

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Era bailarina de ballet, y soñaba con el papel principal de El lago de los Cisnes, puntas blancas como la nieve y melena oscura, como las antiguas amazonas celtas, recogida en un moño brillante. Sin embargo se escondía tras los bastidores, guardando sus zapatillas de danza color carne, intactas, nuevas. Cerró la caja de música, guardó el tul y se alejó de los escenarios.

Mientras buscamos la luz, la oscuridad acecha, y la eterna batalla entre el bien y el mal no la libran los grandes ejércitos, sino cada uno de nosotros… (Cuento de invierno)

Algunas noches de invierno, cuando la lluvia caía y golpeaba su ventana, se asomaba e invocaba al gran Tchaichovsky. Buscaba su aliento y genialidad, pensando, soñando con un empujón que la devolviese a la pista de baile, a las salas de ensayo, a los grandes teatros del mundo, a la ovación del público. Pero los grandes clásicos estaban esperando, observando su lento despertar. Y fue su cuerpo de bailarina de ballet, torturado, herido, rígido, el que la devolvió a la luz de la escena.

¿Y si todos somos únicos y el Universo nos quiere a todos por igual? Tanto, que se desdobla a lo largo de los siglos por cada uno de nosotros, y a veces tenemos la suerte de verlo… (Cuento de Invierno)

Arrojó lejos de sí todo aquello que le resultaba inútil, inservible. Aquellos instrumentos fríos, sin vida y llenos del dolor del mundo, fueron desterrados.

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Nuevamente se acercó a la vieja caja de madera, la abrió despacio y las notas, poco a poco, con esfuerzo, comenzaron a inundar la habitación. Se asomó al proscenio, luces brillantes iluminaron su tocado de plumas. Cinco, seis, siete, ocho…

Cada recién nacido lleva un milagro dentro. Un único propósito, y ese milagro es una promesa para una persona, y sólo una. Somos navegantes con rumbo a nuestro destino para encontrar a la persona para la que es nuestro milagro… (Cuento de Invierno)

Demi plié, relevé, battement tendu…

El tul, brillante y delicado, giraba y ondeaba suavemente al compás de las notas clásicas. El público puesto en pie no pudo contener la más hermosa y atronadora de las ovaciones: la pequeña y dulce bailarina había vuelto a escena y ningún escenario del mundo antiguo podía apartar sus ojos de ella.

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Ya no poseía la dura coraza, solamente la acompañaba la férrea determinación de quien ha decidido ser el protagonista de su espectacular e inmortal existencia.

Lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad (Gladiator)

Feliz domingo…

Bso:Cuento de Invierno

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