El mundo entero es una tienda de ropa, concluí. O quizá, simplemente, una inmensa, innecesaria y absurda tienda…(El francotirador paciente)
Ha llegado el tiempo del ruido, de las luces, de la música estridente, de la propaganda sin fin y de la suciedad en las calles.

Y ha venido para quedarse. Cuánto tiempo, aún no lo sé, pero parece que va para largo. Es insoportable la cantidad de ruido que hay a nuestro alrededor. Asisto atónita como la gente es capaz de pasar una un fin de semana, una tarde, un rato siquiera, en un maldito centro comercial. No alcanzo a comprender el gusto de pasear en un sitio cerrado, atestado de gente, rodeados de tiendas con música por todo lo alto estilo discoteca viernes noche, y con un nivel de volumen de conversaciones que apenas te dejan hablar con los que van a tu lado. A la vez que niños vs fieras corren sin control por pasillos y se suben y zarandean a todo lo que pillan a su paso.
Me niego a asistir a tal espectáculo dantesco.

Las ciudades, al tiempo, han perdido su esencia. Puedes viajar prácticamente a cualquier ciudad del mundo, y te encontrarás los mismos restaurantes, veáse McDonalds. Las mismas cafeterías, veáse Starbucks. Las mismas tiendas, veáse Zara.
El horror me asalta de nuevo. Esta tendencia a comer todos lo mismo, a vestir igual, a tener casas decoradas, amuebladas idénticas a todo el planeta, me parece terrible. Es desastrosa esta pérdida de identidad, de cultura, de esencia. Cuando viajo, dedico varios días a una misma ciudad, me alejo de cualquier tipo de transporte y me la recorro entera caminando, captando sus olores, su ruido, su gente, su esencia…Pero ¿qué quedará de todo esto si Milán es como Nueva York?…

Una vez vi un documental sobre Japón en el que comentaban que allí está prohibido el tener mascotas en las casas y la gente acudía a centros de animales, para pasar un rato con el animal elegido…En su momento me pareció una locura, pero lo que de verdad me parece ahora una locura es esta moda de animalismo en la que todo el mundo debe tener una, dos o tres mascotas en un piso de 60m2 para ser buena persona… ¿Estamos locos? Pobres animales, me dan pena de verdad. Me da pena escuchar como el perro de mi vecino llora durante horas porque está todo el día solo, metido en un piso enano, y sale 20 min y dando gracias a orinar a la calle…
Y aquí aparece la otra cuestión estrella…El estado de suciedad de las calles, de las ciudades… Todo lleno de meados y cagadas que nadie se molesta en recoger….

¿De verdad somos más cívicos? ¿Más educados? me cuesta un triunfo creerlo.
Salgo a la calle y se respira el humo de los coches, es palpable en la nariz… Este no es el mundo que quiero para mis hijas… ¿Dónde erramos el camino? ¿Somos más felices ahora que la generación de nuestros padres?…

Espero vuestras reflexiones…
Bso para este domingo:Streets of Philadelphia